Matamoros, Tamaulipas:
Sin importar el peligro, decenas de migrantes se aventuraron este miércoles al río Bravo en Matamoros, Tamaulipas, con la esperanza de que se les permita quedarse en Estados Unidos, tras entregarse a las autoridades.
Fue así como hombres, mujeres y menores de edad hicieron uso de salvavidas, colchones inflables y, en el mejor de los casos, lanchas para poder cruzar el caudal tan reconocido por causar la muerte de migrantes mexicanos y centroamericanos con el mismo objetivo que ellos.
“Han pasado como unas 200 personas. (Estamos) apoyando a las personas que son de otra nacionalidad para ayudarlos a que pasen porque aquí hay que hacer un trámite y dura mucho», declaró Jonathan Contreras, de Venezuela, a EFE.
Esta situación en la zona del Río Grande alarmó a los cuerpos de seguridad estadounidenses y aguardaron la llegada de los migrantes para interceptarlos y trasladarlos a otra instancia.
Pese a que varias familias tuvieron que prescindir de las balsas y colchones inflables tras haber sido desinflados por las plantas de lirio que flotan sobre el agua, los migrantes persistieron con tan solo un salvavidas.
Así también, para no separarse de sus grupos tuvieron que amarrarse unos a otros con un mecate. No obstante, las bajas temperaturas también hicieron de esta travesía una situación bastante complicada, pero no imposible, pues todos lograron llegar al otro lado sanos y salvos.