El alcalde electo de Tunja, Mikhail Krasnov, se ha visto en la peculiar situación de tener que certificar ante una notaría que no es un holograma, luego de que una ciudadana presentara una acción de tutela alegando que no es una persona real y que posee un chip implantado en su cuerpo.
Krasnov, conocido como ‘el ruso’, es un economista con una impresionante formación académica, pero recientemente se vio envuelto en una solicitud ante el Juzgado Trece Administrativo del Circuito Judicial de Tunja. La demandante, Deisy Gómez, pidió a la Registraduría Especial de Tunja verificar la huella dactilar y la cédula de ciudadanía del alcalde electo, argumentando que, de no coincidir, se le debería retirar el cargo que asumiría el 1 de enero de 2024.
En respuesta a esta situación, Krasnov compartió un mensaje en redes sociales expresando su desconcierto ante la situación. Señaló que está dispuesto a trabajar arduamente por Tunja, pero lamentó tener que destinar tiempo a responder demandas insólitas en lugar de atender las necesidades de los ciudadanos.
En un video compartido en redes, se muestra a Krasnov verificando su huella y datos en el sistema oficial de Colombia, mientras los funcionarios se ríen ante la absurda situación. El alcalde electo comentó con humor: «Es que no soy un chip… Autenticación exitosa».
Además de esta peculiar tutela, Krasnov enfrenta otro problema legal. El abogado Juan Sebastián Ramírez interpuso una demanda de nulidad electoral alegando que el alcalde firmó un contrato con la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC) por un valor de 8.129.000 pesos colombianos, violando presuntamente normas sobre prohibiciones para ser elegido.
Este nuevo desafío legal podría complicar la llegada de Krasnov al mandato, ya que, de prosperar la demanda, se suspendería la posesión del alcalde electo y quedaría sin efecto la credencial otorgada por la Registraduría del Estado Civil. La situación legal de Krasnov es seguida de cerca por la comunidad tunjana y la opinión pública en general.
