Ciudad de México:
Desde hace más de diez años, investigadores han sospechado que los secadores de uñas ultravioleta utilizados para las manicuras en gel podrían estar asociados con un mayor riesgo de cáncer de piel si se usan de forma rutinaria. Estos secadores exponen a los usuarios a la radiación ultravioleta A (UVA), de la que se sabe que provoca cáncer de piel, como las camas de bronceado o la exposición al sol.
La semana pasada fue publicado un estudio que ofrece una nueva evidencia; se descubrió que la radiación de los secadores de uñas UV pueden dañar el ADN y causar mutaciones permanentes en las células humanas, lo que al mismo tiempo se relaciona con el riesgo de cáncer.
Este daño celular «es solo un paso en el camino hacia el cáncer», señala la Dra. Julia Curtis, profesora asistente del departamento de dermatología de la Universidad de Utah, quien no participó en la nueva investigación.
¿Cómo se realizó este nuevo estudio?
Cabe mencionar que el estudio no analizó personas reales, los investigadores expusieron células derivadas de humanos y ratones a la luz ultravioleta de los secadores de uñas.
Después de 20 minutos observaron que del 20% al 30% de las células habían muerto. Asimismo, luego de tres sesiones consecutivas de 20 minutos, entre el 65 % y el 70 % de las células habían muerto.
¿Qué dicen otras investigaciones del uso de lámparas UV?
Estudios anteriores han relacionado solo unos pocos casos de cáncer de piel con las manicuras en gel. Un análisis de 2020 identificó a dos mujeres en EU que desarrollaron melanoma en el dorso de las manos entre 2007 y 2016. Ambas mujeres se habían hecho manicuras en gel durante años. No obstante, en general, los investigadores determinaron que ese tipo de manicura, la cual consiste en aplicar un esmalte en gel que luego debe fijarse bajo lámparas UV, tenía poca o ninguna asociación con el cáncer.
En este punto, recomendaría o aconsejaría a las personas que consideren el riesgo. Comprenda lo que está haciendo. Hay daño a nivel de ADN. No sabemos si es cancerígeno»., dijo una de las autoras del nuevo estudio, Maria Zhivagui, investigadora posdoctoral de la Universidad de California en San Diego.
Añadió que los científicos deberán estudiar los efectos de los secadores de uñas UV en humanos reales antes de poder sacar conclusiones definitivas sobre el riesgo de cáncer. Tanto Zhivagui como Curtis señalan que el proceso podría tardar 10 años más, dado el lento ritmo de la investigación.
“Yo diría que las lámparas de uñas UV realmente no se hicieron populares hasta alrededor de la década de 2000, por lo que hacer esa causa y efecto puede ser muy difícil», dijo la Dra. Julia Curtis, citada por ABC.
Sin embargo, Curtis y Zhivagui cuentan que en sus propias vidas nunca se hacen manicuras que requieran secadores de uñas UV.
Por su parte, la Dra. Loretta Davis, presidenta del departamento de dermatología de la Universidad de Augusta en Georgia, señala que “no encontrará un dermatólogo que no diga que los rayos UVA nos envejecen y aumentan nuestro riesgo de cáncer de piel».